Hay quien busca entre las jornadas precedentes el punto de inflexión del Recreativo pero, más que un lugar, más que un estadio, el momento en que todo cambió hay que buscarlo en una persona: Carlos Ríos.
Pese a que durante los primeros partidos era inevitable evaporar la interinidad que lo rodeaba después de que el club se viera obligado a ratificarlo como primer técnico al carecer Juan Merino de carné nacional, el sanluqueño se ha ganado el respeto de todo el recreativismo.
Sus números le avalan: Un triunfo y cuatro empates en cinco partidos, pero todos ellos ante candidatos al ascenso que en ningún momento han demostrado ser superiores. Mas áun, al menos uno de esos empates debió ser una victoria.
Sin desmerecer el trabajo de su predecesor, Pablo Alfaro, de cuyo trabajo defensivo se está beneficiando el sanluqueño, éste ha conseguido hacer despertar la vocación ofensiva del vestuario, en letargo hasta ahora. Desde su llegada al banquillo, el Recre ha anotado seis goles pero mereció mucho más.
Hay quien dice que su virtud es haberle sabido comer el coco a los jugadores pero sería injusto reducir su labor a sus dotes de psicólogo porque, además de la ambición que ha demostrado en cada partido, tácticamente ha estado impecable.
En su haber hay que ponerle el rescate de Matamala, la confianza a Cabrera pese a sus errores y el haber sabido implicar a casi todos los jugadores de la plantilla, en la que la línea entre titular y suplente es difusa pese a tener un once armado.
Carlos Ríos, al que el presidente del Recre, José Miguel de la Corte, quiere subir el sueldo y renovarle, responde al perfil de ese tipo de entrenadores 'currantes' que a lo mejor no han tenido suerte. Hasta que les llega su oportunidad. Aprovéchala.
No vale quedarse con sus graciosas frases, con su carácter ganador, con su misión optimista y labor psicológica. No es sólo El Mentalista de un vestuario muy vivo porque su virtud ha sido sacar lo mejor de cada uno, pero tampoco es el Calvo de la Lotería, porque en su labor sólo hay trabajo, no hay sitio para la suerte.
No creo en la casualidad sino en la causalidad y la causa de que el Recre haya despertado a tiempo es Carlos Ríos. Estoy convencido de que sin lo que le ha dado en este tiempo al equipo el gol de Aarón se va a las nubes. Seguro que Aarón no estaría encantado de poder jugar la próxima semana.
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