A continuación os dejamos toda la entrevista:
- La lotería pasó de largo por la casa de Carlos Ríos, al menos la de Navidad, porque la de la vida le dejó el Gordo en sus manos en forma de oportunidad única. El técnico albiazul que llegó para tapar una vía de agua se ha hecho con el timón de una nave en la que nadie osa cuestionarlo.
No puedo pedir más. A mí la lotería me tocó con la posibilidad de sentarme en el banquillo en Vallecas. Ese fue el Gordo de mi vida. No cambio un décimo del primer premio por esa oportunidad. Luego tenía que ganármelo yo, pero al menos se me dio la oportunidad. Lo que disfruto cada día y cada fin de semana a nivel personal no se paga con dinero.
- ¿Pensaba que su tren había pasado ya?
Suelo ir día a día. No me había parado a pensarlo de esa manera, aunque es lógico que en esos momentos la oportunidad de entrenar en la élite era ya muy difícil para mí. Soy práctico y no gasto fuerzas en pensar si se me ha escapado o no el tren, aunque uno era realista y sabía las posibilidades que tenía.
- El presidente dice que usted es la mejor herencia del anterior consejo. ¿Qué siente?
Una gran responsabilidad. Pienso que es un poco exagerado. Lo agradezco, como no puede ser de otra manera. Sin embargo, en el Recreativo hay muchas otras personas que siguen trabajando desde antes que llegase esta directiva y que también son responsables de que las cosas salgan bien.
- Usted ha pasado de Tercera a Segunda División y está triunfado. ¿Significa que en las categorías inferiores hay más nivel del que se cree o es que la élite está mitificada?
De todo un poco. A veces olvidamos el gran trabajo que se hace en las categorías inferiores donde hay profesionales muy cualificados. El problema es que el mundo de los banquillos no es fácil. En la élite hay 42 equipos disponibles. Si quitamos los entrenadores extranjeros o los que han sido jugadores y tienen más nombre, quedan muy pocos disponibles para los que empiezan desde abajo. Muchas veces parece que la élite es un coto privado, cuando en realidad hay muchos compañeros que sólo necesitan que se les de una oportunidad. El fútbol es fútbol en cualquier categoría. Hay que saber leer los partidos, los cambios y las situaciones. Es más, cuando uno está más arriba se encuentra con más facilidad en ciertos aspectos porque tácticamente y técnicamente los jugadores saben interpretar mejor lo que se les pide.
- ¿Qué se encuentra cuando entra por primera vez en el vestuario? Hágame una fotografía de esa escena.
Un grupo que reflexiona. No saben realmente por qué están en esa situación tan incómoda. Hay cierta desorientación. Necesitan un flotador al que agarrarse. Podría haberlo sacado Pablo Alfaro. Estoy seguro de ello, pero el club decidió el relevo. Necesitan a alguien que les transmitiera confianza y seguridad porque había nivel para salir. Lógicamente había mucha expectación porque era debutante, venía del filial y la situación era un poco complicada para todos. Nadie sabía cómo iba a salir. Este panorama me sirvió como reto. Me ayudó a motivarme. Sabía que podían aportar muchas cosas y sólo necesitaban el estímulo.
- ¿En algún momento pensó dónde me he metido?
Sí. Durante los dos primeros días lo hice. Fueron muy difíciles. Surgió la polémica sobre si era el primero o el segundo, sobre si ponía el carnet a Juan Merino o no y esas cosas que me hicieron mucho daño. Se estaba dudando de mí y no lo iba a consentir. Acepté formar aquel tándem por encima de mi ego personal como entrenador porque era lo que el club necesitaba. Fueron los peores días como entrenador de mi carrera. Acepté formar el tándem con Merino que el club pensó que era necesario, pero no estaba dispuesto a que se dijera que sólo ponía el carnet. Todo se solucionó para bien. Las dudas se despejaron y Juan (Merino) asumió su rol de segundo y yo quedé a todos los efectos como primer entrenador. Fue un momento delicado para todos y que pudo hacer mucho daño al equipo.
- ¿Cuál es su relación con Merino en estos momentos?
Magnífica. Los dos asumimos nuestro papel. Quedé como primer entrenador, él como segundo y el tándem se quedó en aquellos dos primeros días tan amargos. De otra forma creo que la situación hubiese sido insostenible porque se había creado un ambiente muy difícil para todos.
- Técnico eventual que se come el turrón y al que le llueven los elogios. ¿Imaginaba esta situación?
Cuando fuimos a Vallecas no sabía el tiempo que estaría entrenando al primer equipo, aunque tenía muy claro que se había presentado una oportunidad que quería aprovechar. Lo que sí tengo que confesar es que no esperaba estar a estas alturas así. Pensaba que el nuevo consejo querría traer a su propio entrenador. Tenía asumido que Vallecas me daría otra semana más de margen para trabajar y que a partir de ahí habría que ganárselo cada día. Antes del partido tenía unas sensaciones muy buenas. Según se fue acercando fueron mejores. Siempre pienso en positivo, pero aquella semana notaba que íbamos a ser muy competitivos. Luego lo hemos seguido siendo cada semana.
- Hasta ahora todo ha sido positivo, ¿preparado para las vacas flacas?
Totalmente. Uno es debutante en la categoría, pero no en la profesión. Conozco la presión. Ojalá no tengamos que hablar de derrotas, aunque un entrenador sabe que vive de los resultados. Lo aceptaré si llega. No hay tanta diferencia entre la crítica y el halago si se hace con argumentos y desde el respeto si son justas. Si llegan las críticas lo único que quedará será apretar los dientes y trabajar más para superarlas.
- Se habla de su renovación en diciembre y usted es el que parece más cauto. ¿Le parece acertado?
Lo considero un elogio más. Llevo ya algún tiempo como entrenador y sé que el fútbol puede cambiar mucho. Prefiero escuchar eso a lo contrario, pero estoy tranquilo y sereno para no distraerme. Vamos a luchar por mantener la categoría. Si se cumple este sueño ya tendremos tiempo de hablarlo. Estoy muy a gusto en Huelva y en el Recreativo. Si se renueva es porque se consigue el objetivo así que tenemos que trabajar mucho para lograrlo.
- Criticado incluso como entrenador del Recre B, ahora no se le cuestiona. ¿Esperaba vivir una situación así?
Esto pasa de vez en cuando. Cuando firmas por un filial sabes que existe la pequeña posibilidad de acabar entrenando al primer equipo. El problema en mi caso es que suele ser más fácil cuando has sido jugador de la casa o llevas más años en el club. Ya cuando me ficharon hubo críticas que no voy a valorar. No lo podía pensar, la verdad.
- El Decano está dos puntos por encima del descenso, pero tiene la promoción a tiro de piedra. ¿Cuál debe ser el objetivo real del equipo?
Sólo podemos hablar de permanencia. Es verdad que llevamos nueve partidos seguidos sin perder, pero nuestro objetivo no ha cambiado. A medida que vayan pasando las jornadas veremos cuál es nuestro sitio y si se presenta otra cosa lucharemos, aunque ahora mismo lo único que tengo en la cabeza es el Huesca.
- El club comienza a planificar la próxima temporada, en la que todo hace indicar que Peguero regresará para ser el director deportivo. ¿Se conocen?
Sí. Me lo presentó Pavón en Lepe hace algún tiempo. Si el club considera que tengo que trabajar a su lado yo estaré encantado. Sé que es un técnico con gran capacidad de trabajo y muchos conocimientos. Todo el que pueda ayudar es bueno.
- Dentro de esta planificación entran los refuerzos que ha pedido en el mercado de invierno. Usted le dijo al consejo que necesitaba un delantero y un lateral izquierdo. ¿Cuál es la prioridad?
El delantero. No es porque dudemos de los efectivos que tiene la plantilla, sino porque con la lesión de Acuña estamos un poco cojos numéricamente y la temporada es muy larga. Hay calidad suficiente en la plantilla, aunque podemos encontrarnos cortos de jugadores en algún momento. Sabemos cuál es la realidad económica de la entidad, pero se intentará hacer el esfuerzo.
- De Tercera a Segunda hay un salto considerable. ¿Qué es lo que más le ha sorprendido?
Los medios de comunicación. Siempre bromeo con el presidente que prefiero entrenar gratis y cobrar por entrevista. Seguro que ganaba más dinero. Lo intuyes desde fuera. Una vez dentro te das cuenta de lo que mueve un club de este tamaño. Los primeros días eran una locura. Una llamada, otra y otra. No me daba tiempo a cumplir con todos los compromisos. Me gusta atender a todo el mundo y pienso que forma parte de nuestro trabajo.
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